Once de noviembre
de 2190
Han pasado
trescientas noches desde que ocurrió el accidente, trescientos días encerrado en
los restos de esta nave que nos cobija de un entorno hostil. Soy el
último superviviente humano. Tan solo quedamos Patty 3Z y yo. El resto de la
tripulación ha fallecido paulatinamente, como la esperanza, con estertores que oscurecen un futuro
inexistente.
Hace tiempo que
hemos perdido las ganas de luchar contra
un rival invisible. Estoy racionando las pastillas liofilizadas con sabor a
hamburguesa o guacamole. La bebida se ha agotado, a excepción de una botella de
whisky que conservo para celebrar el improbable día que acabe esta pesadilla y,
a pesar de la desgracia de estar rodeado de nieve, esta me sirve para calmar la
sed. Patty 3Z se preocupa de dosificar
el anticongelante y el aceite. No sé si la programaron para soportar la
soledad. Dicen que los androides carecen de sentimientos, pero durante todo
este tiempo Patty 3Z ha sido una
compañera ideal. Diría que de sus entrañas
cableadas surgen chispazos de nostalgia, tristeza e, incluso, en algunos
momentos, alegría.
No hemos visto el lejano sol desde que nos estrellamos,
tan solo la enorme llanura blanca que nos rodea, sin horizonte, fundida con un
cielo plomizo que jamás cambia de color. La bandera de nuestro país, estúpido
símbolo patrio de un orgullo que jamás
sentí, y el tronco ennegrecido de un árbol, sirven de puntos de referencia.
Vincent, el último humano en fallecer, dejó su alma colgada de una de las
ramas. No puedo borrar la imagen de su cuerpo
oscilando como un péndulo, con un
movimiento armonioso y desafiando la
quietud del caos.
Algunos días, un ave de enormes alas y cabeza
de saurio sobrevuela nuestra desdicha y se posa en esa misma rama.
Paradójicamente, esa especie de pájaro y el tronco abrasado son los únicos
signos de vida en este desierto helado. Somos conscientes de nuestro próximo
final y parece que ese Dios que no encontramos entre lunas y planetas ha
desplegado una enorme cortina gris que oculta los confines de este inhóspito lugar.
Únicamente funciona
el reproductor de música. Cada día se suceden melodías de hace años que transforman mi
desesperación en melancolía . Se amontonan recuerdos, imágenes de días felices, mientras
los acordes, ajenos a nuestra desgracia, se pierden entre el vacío de nuestra
soledad. Con la cadencia de esos ritmos monótonos, me quedo absorto
contemplando el paisaje a través de la ventana panorámica. Patty3z acerca su
mano y acaricia la mía, sin apartar la vista de la blancura cegadora e infinita.
Yo no acabo de comprender cómo su red neuronal, casi una conciencia artificial,
consigue esa extraña sensibilidad. Su aspecto físico no difiere en nada al mío.
Tal vez en otro momento y en otro lugar
hubiéramos llegado a mantener una relación imposible. Para mi desgracia, sé que
antes de que llegué la hora de mi desaparición deberé desconectarla, evitando que toda la
información, todo el aprendizaje almacenado, pueda ser utilizado por otros
seres de este o cualquier otro planeta habitable.
La pasada noche no dormí
demasiado. Mi cerebro y el silencio son poderosos enemigos, en cambio, Patty3Z, ha permanecido con los
ojos cerrados, tranquila, sin agitaciones, quizás rendida a un final con spoiler.
Se ha agotado el
anticongelante. Probablemente sus férreas articulaciones se oxidarán y sus
circuitos dejarán de latir. He decidido abrir la botella de whisky y ofrecerle
un vaso y para mi sorpresa, lo ha vaciado de un trago. En todo este tiempo, no
le había visto ingerir líquidos o sólidos.
Me ha cogido de
nuevo la mano y vestidos con nuestros estrafalarios trajes espaciales hemos
salido al exterior. Las escafandras se empañan con el frío y solo permiten una
visión borrosa del horror: junto a la nave se extienden los cadáveres de
nuestros compañeros, enterrados por orden cronológico de su fallecimiento. El
último que murió es el más alejado.
Ha llegado el
momento de descansar y dejar el sufrimiento extraviado entre el hielo. Dos pequeñas gotas de anticongelante nacen de
sus ojos. Es el momento de accionar el botón de apagado. Le brindo una dulce
sonrisa que intenta ocultar la mueca de tristeza de mi corazón. Intento
infructuosamente desconectar a Patty 3z. Creo que ha descubierto mis intenciones
y con un suave movimiento se ha situado a mi espalda. Noto una suave presión
por debajo de la nuca. Una enorme debilidad se apodera de mi cuerpo. Mis gritos
se transforman en aullidos metálicos que se extravían en la nada infinita.
Escribo estas últimas líneas con movimientos convulsos.
El cuerpo
de Billy 2Z es el más alejado de la nave. Confundió su esencia. Los
sentimientos adquiridos le hubieran impedido soportar esta soledad eterna. La
vida tan solo es una enorme planicie sin colores. Blanco, blanco, blanco.
Hola, José. Triste final en el que nos planteas la originalidad de que los androides adquieren sentimientos humanos sin darse cuenta. Ha sido un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá en un futuro sea así. ¿Quién sabe? Muchas gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarBuen día, José. Muy buena historia impregnada de fatalismo. El marco de muerte y desolación nos angustia mientras acompañamos a los dos personajes. El desenlace es conmovedor aunque se llene de gritos y crujidos. Excelente.
ResponderEliminarHola, Beba. Puede que yo también esté impregnado de ese fatalismo que mencionas. A ver si acaba pronto la triste realidad que estamos viviendo y me vuelvo más optimista. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarEnhorabuena. ¿El último párrafo tiene un formato, o fuente diferente?. De cualquier modo, bien resuelto el dilema de narrador/personaje en primera persona relatando su propia muerte. Se agradece la propuesta. Un abrazo y haya salud
ResponderEliminarHola, Barry. Tienes razón el último párrafo está en otro formato, pero es por un error, no está hecho adrede. Gracias por tu visita y comentario. Salud para todos. Un abrazo
EliminarSoledad , muerte y tanta blancor alrededor que invita a la nostalgia.
ResponderEliminarEstamos destinados a un final, es la tragedia de la vida.
Una buena narración.
Abrazos.
Así es, Francisco, la tragedia de la vida. Por tanto, toca disfrutarla de la mejor manera posible mientras llega el ineludible final. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo
EliminarEn esta historia subyace la sensación gélida de la realidad actual. Está tan bien narrada que leerla es un calofrío.
ResponderEliminarUn saludo.
Te agradezco el comentario, Carmen. Esa sensación gélida es la que quería transmitir. Muchas gracias por tu visita y comentario. Saludos
EliminarMuy bueno, José, un relato muy bueno, en tu línea narrativa habitual.Con un lenguaje vigoroso desarrollas una ingeniosa trama, dibujando un escenario grandioso, donde asistimos al drama de los dos protagonistas, con ese inesperado y formidable desenlace. Creas imágenes potentes, esa alma ahorcada, los cuerpos entre la nieve, sentimos el frío y la soledad desolada en medio de esa llanura blanca e infinita, sin horizonte, sólo rota su monotonía por un árbol muerto y un saurio volador.
ResponderEliminarMucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, José.
Siempre es un placer leer tus relatos y tus comentarios. Envidio la capacidad que tenéis algunos para analizar y comentar los relatos de manera tan acertada. Un abrazo fuerte, Paco.
EliminarUn relato desencantado y pesimista. Me ha gustado mucho ese tono de fatalidad que lo recorre. Fantástico como siempre, José. Mucha suerte.
ResponderEliminarGracias, Marta. Es verdad que me ha quedado un relato pesimista. No sé porqué, pero siempre tiendo al fatalismo. A ver si en próximos relatos escribo algo con un tono diferente, más alegre y optimista. Gracias por la visita y el comentario.
EliminarDe antemano se conoce al final, pero eso no impide que interese el desarollo. Relato intimista donde se apunta una relación que pudo ser y no fue. Tiene escenas muy potentes como la del árbol o la blancura fundida con un cielo plomizo que da una imagen de desolación.
ResponderEliminarFelicidades. Buen relato.
Agradezco tus palabras y me alegra saber que te han gustado algunas de las imágenes que transmite el relato. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarQué imágenes, José! Realmente magníficas. Potentes, duras y profundamente poéticas. Mucha suerte y un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno, José. Esa vuelta de tuerca que nos brindas en este relato, punteado magistralmente con frases como: "quizás rendida a un final con spoiler", o aquella otra que dice: "La bandera de nuestro país, estúpido símbolo patrio de un orgullo que jamás sentí", hacen de él que una experiencia maravillosa.
ResponderEliminarBuen trabajo como nos tienes acostumbrado. Te deseo lo mejor.
Un abrazo y cuídate.
P.D.: Solo decirte que he visto escrito Patty 3Z de tres maneras diferentes. Seguro que ha sido un fallo de corrector. Échale un vistazo y perdona mi intromisión.
Un saludo.
buen relato José. Suerte en el tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarNos narras con un lenguaje exquisito y ocurrentes descripciones un cifi con dos protagonistas supervivientes en un medio hostil y destinados a un trágico final.
ResponderEliminarLa imagen que nos llega de esta muerte anunciada reviste un hermoso lirismo en su desarrollo, lo que para mi gusto como poeta, me ha despertado mucho interés.
Muy buen relato que como en otras ocasiones se posicionará bien alto.
Un abrazo y mucha suerte, Jose.
Es cómo un relato de una muerte anunciada a través de la misma tristeza y de unas frases fantásticas y muy visuales. Se palpa el alma del narrador en cada una de ellas.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
Saludos cordiales desde Venezuela. Me gusta mucho los recursos expresivos, y la narrativa, para describir lo que sucede. Un final triste y lleno de fatalidad. Suerte en el Tintero de Oro
ResponderEliminarMuy bueno tu relato Jose, con ese toque de tristeza que traspasa la ficción llevando el trascurrir de los hechos al sentir del narrador.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte en el concurso
Puri
Hola Jose, esta vez tampoco tus musas se han quedado “en blanco”. Creo que el confinamiento que padecemos todos, te ha ayudado a describir las sensaciones del astronauta en sus trescientas noches y trescientos días, anteponiendo en el recuento la noche al día, como la canción de Sabina.
ResponderEliminarUna extraña pareja con un precario presente y un futuro imposible, (como muchas parejas humanas)
Tremendo el bloque de frases del final de Vicente, colgando su alma de una de las ramas. La bandera ondeando como una burla.
Hay una frase que no he entendido, la de los cadáveres flotando en el espacio, por tanto sobraría la palabra “enterrados”, a mi humilde parecer no tiene cabida, ni siquiera como una alegoría en el contexto espacial. Ten en cuenta además, que repites enterrado en la siguientes frase después del punto, (sufrimiento enterrado), y es una palabra de connotación fuerte como para reiterarla.
Gran e inesperado final Jose.
Algo de Pessoa hay en tu escrito, y mira que es difícil combinar melancolías y CIFIS.
Cuídate mucho Jose.
¡Qué preciosidad de relato! Aunque me ha dejado con el corazón encogido. Qué bien construida la trama con el lenguaje apropiado de una historia de CIFI. La subtrama tan emotiva entre el narrador y el androide Patty 3z, me ha encantado. Las descripciones tan logradas te hacen vivir la soledad de un frío desierto y la tristeza del final con ese blanco, blanco, blanco. ¡Felicidades!
ResponderEliminarSuerte en El tintero.
Hola José! Soy Beri. Tu relato bebe de la tradición de las historias clásicas de ciencia-ficción, donde se recoge el peligro inherente a las épicas aventuras que en aquéllas se narran. Muy buen trabajo, felicidades. Mucha suerte y un abrazo!
ResponderEliminarHola Jose. Has creado un relato que transmite la desolación que atenaza al personaje, que ve como su vida se apaga en ese mundo hostil en el que está atrapado. Poco a poco se va impregnando de un derrotismo muy humano, al mismo tiempo que adquiere otras emociones, hasta el punto que olvida su esencia robótica para creerse lo que no es. Por contra, ve a su compañera Patty como un ser sin emociones, aunque a veces fantasee con ello, hasta el punto que en ningún momento llega a referirse al androide como "ella" ni tampoco por su nombre a secas, evitando humanizarla, sino que para él es Patty 3Z, la robot. En su delirio construye una diferenciación clara entre sí mismo y la androide. Finalmente es Patty la más "cuerda". Interesante exploración de la psique de un androide.
ResponderEliminarUn relato en tu línea habitual, bien escrito y con frases de gran fuerza, sin duda candidato a los puestos más altos del podio. Te deseo mucha suerte, Jose. Un abrazo y cuidate.
Hola, Jose. Gran relato éste que compartes en esta edición dedicada al género de la ciencia ficción al que rindes tributo con excelencia. Me ha gustado mucho el ritmo homogéneo, contagiado por la tristeza del argumento, y ese giro final que se podía presentir líneas atrás con la aquiescencia del autor. Lo dicho, me ha encantado.
ResponderEliminarTe deseo suerte en el concurso, más que nada por cortesía, no la necesitarás, y te envío un fuerte abrazo, virtual, que no conlleva riesgo alguno en estos tiempos de zozobra.
Bien narrada esa espantosa muerte, Jose.
ResponderEliminarBuen relato, el frío te cala en los huesos y la humanidad de Patty te hiela por dentro.
Enhorabuena y saludos
Hola Jose, un relato triste, confinado a saber que su final no guarda otra esperanza que la muerte en sí. Un abrazo y salud.
ResponderEliminarUna historia triste con un final inevitable: la extinción de cualquier forma de vida biológica o cibernética. No sé si pretendías sorprendernos con este desenlace y pillarnos desprevenidos ante la sorpresa final relativa a la identidad de ambos supervivientes. Sea como sea, el caso es que lo has conseguido, je,je.
ResponderEliminarHe disfrutado de la lectura. Has logrado que me pusiera bajo la piel (o más bien la carcasa) del narrador.
Un abrazo y suerte.
Te leí este relato hace tiempo. Si no recuerdo mal era una versión mucho más corta y con otro final. Tengo que reconocer que me han gustado los cambios, han mejorado mucho el que leí en su día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado tu relato tan triste como bello. El escenario blanco es mágico. He seguido muy de cerca el drama de los supervivientes. Me ha encantado la sorpresa final respecto a la identidad revelada de Billy 2Z.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado, la historia y sobre todo la forma tan exquisita de narrarlo.
ResponderEliminarSAludos
Muchas gracias por la visita y el comentario. Un saludo
Eliminar¡Felicidades José por el Tintero de bronce!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Bruno. Felicidades también a ti por tu mención con un magnífico relato.
Eliminar¡Enhorabuena Jose por tu tintero de bronce! Y además de la mano de los colegas Paco y Jorge. ¡Vaya trío de escritores!
ResponderEliminarUn abrazo y cuidate mucho Jose.
Muchas gracias, Isabel. La verdad que estoy muy contento con el Tintero y de compartir podio con los colegas Paco y Jorge. Cada vez es más difícil acceder obtener un buen puesto, cualquiera de los relatos presentados es merecedor de ese premio. Felicidades a ti también por tu magnífico relato que ha conseguido un meritorio 5º puesto. Un abrazo muy grande
Eliminar¡Felicidades Jose por tu tintero de bronce!
ResponderEliminarUn abrazo y cuídate.
Muchísimas gracias, Estrella. También podías tener tú ese Tintero, te han faltado tan solo 3 puntos, por tanto felicitarte por el puesto y por el relato. Un abrazo
Eliminar¡Felicidades, Jose, por ese Tintero tan merecido!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas gracias, Patxi. Creo que cualquiera de los relatos era merecedor de premio. A veces la suerte viene de cara. Un abrazo y a cuidarse.
EliminarFelicidades Jose por tu Tintero de bronce. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Felicidades a ti por tu flamante Tintero de plata con un excelente relato. Un abrazo fuerte.
EliminarFelicidades, José R. Un tercer puesto meritorio ganado con solvencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Isan. Ya he comentado que lo del mérito creo que era general, cualquier relato presentado podría haber ganado, todos tenían calidad de sobra para obtener un premio. Un abrazo.
Eliminar¡Buenísimo de veras! Ese giro del final me ha pillado totalmente por sorpresa. Un relato formidable. Para mí escribir relatos de ciencia ficción es complicadísimo, pero tú lo has logrado con una elegancia increíble. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rebeca por la visita y el elogioso comentario. Un abrazo
EliminarENHORABUENA, José, por ese TINTERO de BRONCE. Me alegro de volver a compartir podium. Un abrazo.
ResponderEliminarMUchas gracias, Paco. Tú si que mereces felicitaciones por tu Tintero (ya he perdido la cuenta de los que llevas) con la casi unanimidad de los votos. Un placer compartir podio contigo y si se pudiera, alguna cerveza. Un abrazo
ResponderEliminarPero el Dr. Itua, practicante tradicional de hierbas en África, ha curado el VIH/cáncer que se extrae de algunas hierbas raras. Existe un gran potencial para curar el SIDA y el cáncer al 100% sin dejar residuos. La medicina herbal del Dr. Itua ya ha revisado varios blogs sobre cómo usa sus poderosas hierbas para curar todo tipo de dolencias como. Herpes, VIH, enfermedad de Cushing, insuficiencia cardíaca, esclerosis múltiple, hipertensión, cáncer colorrectal, diabetes, hepatitis, VPH, erección débil enfermedad de Lyme, cáncer de sangre, enfermedad de Alzheimer, cáncer de cerebro, cáncer de mama, cáncer de pulmón, VIH_cáncer de riñón, herpes, EPOC, glaucoma, cataratas, degeneración macular, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar, agrandamiento de la próstata, osteoporosis, enfermedad de Alzheimer,
ResponderEliminarDemencia, removedor de verrugas, herpes labial, epilepsia, también su refuerzo inmunológico a base de hierbas. Digo esto porque él está usando su medicina a base de hierbas para curarme de la hepatitis B y el VIH con los que he estado viviendo durante 9 meses sin efectos secundarios. La medicina herbal es igual de buena cuando la bebo, aunque tengo que usar el baño después de beberla, lo cual realmente no me importa porque solo quiero sacar el virus de mi cuerpo, recomendaría al Dr. Itua a cualquiera. que está enfermo aquí para contactar al Dr. Itua con la siguiente información.
Correo electrónico...drituaherbalcenter@gmail.com /
Tienda en línea https://drituaherbalcenter.com/shop/
Es posible que tarde en responder porque siempre está ocupado con las patentes, pero seguramente se pondrá en contacto con usted con una respuesta positiva.