Napoleón hace tiempo que ha abandonado la família porcina, es como un humano más, a
pesar de su cara de cerdo, su cuerpo de cerdo, sus patas de cerdo y ese hocico
con el que sostiene un cohiba 50. Se ha
instalado en un confortable loft de la zona alta junto a tres perros tan fieles
como agresivos, y a una guarra vietnamita que conoció en el puerto. La guarra
luce vestidos de Dulce Marrana y se pasa el día en la terraza intentando
broncear su piel mientras saborea trufas y cava.
En la revista Timo le han nombrado tocino del año. La fotografía de portada muestra su ufanía
delante de una enorme bandera del país. En las páginas centrales nos cuentan
sus hazañas hasta conseguir la posición que hoy ocupa. Su poder le ha
convertido en el primer cerdo político, presidente de la región norte y firme
aliado del presidente del país, un cargo que nadie duda que alcanzará en no demasiado
tiempo.
Napoleón ha delegado en Chillón la dirección de una de sus
fincas preferidas. Una vasta extensión con varias granjas, bodegas, e incluso
un restaurante exclusivo, de los de nitrógeno líquido y bellota esferificada,
situado junto al río, donde se suelen reunir los cerdos poderosos de la región. Es curioso observar a los
camareros, unos humanos que acatan sin rechistar las órdenes de un marrano
trajeado.
Precisamente, al otro lado del río, una frontera natural con
la región sur, malvive Bola de nieve. Acusado de traidor, sin posiblidad de
encontrar un trabajo ni digno ni indigno, porque la dignidad es una cualidad extraviada
entre el barro, los excrementos y el cemento que le rodea. Su hogar es una planta baja derruida,
compartida con dos gatos magrebíes y uno argelíno y varias ratas autóctonas que
también comparten piso, pero no
gastos. Sus vecinos son unos
borregos en sustantivo aunque por su actitud también les sirve de calificativo.
En la región sur apenas viven humanos, a excepción de su
presidente, Narciso, que olvidó sus deberes para sus conciudadanos hace ya
mucho tiempo. La mayoría de sus
habitantes son gatos, perros sin raza, borregos y ovejas , burros y, por
supuesto, ratas. La región está situada entre el río y unos suaves valles
atiborrados de fábricas. El horizonte es un cielo negro tras una interminable
hilera de chimeneas. A lo largo de su
territorio, se extienden miles de destartalados
edificios grises, sin ascensor, sin luz, sin agua, pero a precios de lujo. Incomprensiblemente,
los borregos mantienen las banderas del
país colgadas de los balcones, luciendo un orgullo colorido y vilipendiado de
pertenencia a un país que desprecia su existencia.
Narciso vive en los suburbios de la región, en un pequeño
palacio del siglo pasado y rodeado de hienas que alaban su reflejo y defienden
sus posesiones. Ha tenido diversos
encuentros con Napoleón y ciertamente siente un gran respeto por el cerdo.
Napoleón, en cambio, detesta a Narciso y cree
que sería necesario unificar las dos regiones en una grande, aunque no
libre.
Napoleón ha planificado una visita de cortesía a su homólogo
humano de la región sur. Es consciente de
que la mayoría de la zona está habitada por borregos y burros, y no será
difícil, y menos con su oratoria, de convencer a sus habitantes de la necesidad
de la unificación.El interés de
Napoleón reside en la eficiente producción de las fábricas. Burros y borregos
trabajan a destajo dirigidos habitualmente por perros dóciles y adoctrinados.
En cambio, los gatos sobreviven de trapicheos, robos y prostitución. Napoleón
conoce bien los burdeles del sur, donde se acuesta con dulces gatitas mientras
su guarra vietnamita contempla idiotizada una magnífica puesta de sol desde su
terraza.
Cuando llega el día del encuentro con Narciso, Napoleón
aprovecha las horas anteriores para acostarse con dos siamesas con las que
practica posturas a las que no accede su cerda asiática. Satisfecho, enciende
su habitual cohiba 50 y apura un licor afrutado mientras contempla la calle.
Sus perros le esperan en un coche rodeado de un grupo numeroso de borregos
ojipláticos, extrañados de que un vehículo de semejante categoría esté aparcado
en su calle.
Cientos de ratas corretean sin cuidado, chapoteando en algunos
charcos embarrados que ralentizan la escasa circulación. Los borregos se
apartan del automóvil cuando los perros abren las puertas al enigmático
personaje que sale del burdel. El sol ha
pintado tonos rosados en el permanente gris que ensombrece la ciudad. Un sombrero y unas inútiles gafas de sol,
además de las solapas del abrigo alzadas, encubren la identidad del misterioso
cerdo.
Bola de Nieve se cubre la cabeza con un gorro raído y sale
del bar. Sonríe al burro y a la señora
oronda, que le devuelve el saludo con una sonrisa negra y hueca. Oculta un cuchillo oxidado y se confunde entre
los borregos.
La sangre de Napoleón
colorea los charcos parduzcos.
Dicen que Bola de Nieve hizo justicia, él sabe que
simplemente fue venganza. Cosas de cerdos.
De nuevo, nos admiras con una historia soberbia, bien concebida, y narrada con tu habitual vigoroso estilo. El lenguaje preciso, rico en matices y con frases contundentes, crea imágenes impactantes que nos transportan a los sórdidos escenarios en que se debaten los singulares personajes, fantásticamente caracterizados. Así, consigues que aborrezcamos al asqueroso Napoleón y simpaticemos con Bola de Nieve, su atribulado antagonista. Los dos personajes ofrecen un poderoso contraste que vertebra la historia, entre uno que lo tiene todo y otro que nada tiene que perder. Una muy lograda ambientación y el nutrido elenco de secundarios, a destacar el inútil de Narciso como prototipo del político corrupto, refuerzan un relato que, de nuevo, apunta a lugares de honor. Suerte en El Tintero. Un abrazo, José.
ResponderEliminarBuenas, Jose.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, no solo por lo bien escrito que está, sino por que al fin se hace justicia, o venganza, al pobre Snowball.
Muy buen trabajo.
Un saludo.
¿Qué decir después del preciso y genial comentario del amigo Paco castelao? Que he sentido rabia...asco también, y que desde luego, es un retrato fiel de lo mucho que abunda.
ResponderEliminarJose, eres un crac de ojo avizor.
Totalmente de acuerdo con lo que comentan Paco y Tara. Un relato genial, José. Muy muy bueno.
ResponderEliminarHas retratado un panorama del poder de tenerlo todo contra el que poco tiene y solo le queda la dignidad. Buen relato amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarUn relato tremendamente visual y lleno de múltiples dobles juegos con frases intensas. Las palabras flotan por el texto como si ese fuera su lugar. La ambientación es espectacular, la trama muy bien trabajada y el final empatiza por la necesidad que tu historia ha hilvanado en contra del vil Napoleón.
ResponderEliminarFelicidades, tu relato me parece muy muy bueno.
Magnífico relato, José. Original e inteligente representación de una realidad sordida y corrupta.
ResponderEliminarTanta calidad suma por méritos propios.
Hola José. Coincido con los comentarios anteriores. Muy buena ambientación, buen desenvolvimiento y el paralelismo con la realidad, abrumador.
ResponderEliminarUn abrazo
Un universo muy bien planteado el que nos muestras, José. Las descripciones son perfectas como también lo son las identidades de los protagonistas. Una continuación que podría ser la oficial de "Rebelión en la graja".
ResponderEliminarUn abrazo y mucha suerte.
Estupendo relato muy bien ambientado, con una prosa elegante y cuidada. Las referencias están a la vista.
ResponderEliminarTe felicito.
Un saludo.
Los mismos cerdos de siempre dentro de un sistema corrupto donde las ratas campan por sus respetos y los perros guardianes del sistema defienden intereses ajenos. Mientras, los borregos y los burros trabajan a cambio de las migajas que reciben para que los de siempre ostenten el poder y sus privilegios.
ResponderEliminarUn fiel reflejo de todos los sistemas políticos de nuestro globo terráqueo, nuestra particular granja.
Un abrazo.
Ambientación sórdida, habitual en tus relatos, y personajes que arrastran una pesada frustración, retratados ambos con tu siempre acertada pluma, en un relato adornado de frases de gran fuerza y mejor construcción literaria. Ácida crítica a un modelo social que fomenta la desigualdad, el trabajo precario y el seguidismo aborregado parapetado tras una bandera. Como siempre gran trabajo, Jose, sin duda entre los primeros puestos del Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Jose, un relato enmascarado de la realidad que existen en ambientes de corrupción y servilismo, aderezado de habanos y prostitución. Con un norte y un sur, y emigrantes como no. Un solo hombre y el resto animales pero con animales caracterizados con la "bondad" definida por el ser humano: perros, guarros, cerdos, ratas, borregos... Una trama entre el cerdo malo y dictador y el cerdo bueno, que hace justicia. Dos personajes que siguen una trama iniciada en la granja, dándole otra opción en su desarrollo. Un relato lleno de descripciones que si te pierdes la opción es volverlo a leer descubriendo matices muy interesantes. Aprendo y disfruto compañero. Un abrazo
ResponderEliminarUn relato metafórico de una realidad latente en nuestro planeta donde los desnudos de poder , sobrevivir es su día a día,pero guardando la esperanza de poder lograr su libertad plena.Suerte en el Tintero de Oro
ResponderEliminarBuen relato, José, con tu toque personal e intransferible. Tiene mucha fuerza esta sátira que nos presentas.
ResponderEliminarEnhorabuena y abrazos
Qué buena historia, José. Me has dejado sin palabras con el sorprendente final. Qué bien construidos esos dos mundos con los correspondientes personajes que los habitan. Ironía, mucha; pero también Realismo Sucio, diría yo, con el ritmo y el lenguaje preciso para centrar al lector en lo que interesa. Vanalidades las justas y muy apropiadas: las de guarra vietnamita.
ResponderEliminar¡Felicidades y suerte en El tintero!
Increíble narración con ausencia absoluta de diálogo. Los paisajes y situaciones están muy bien descritos, juegas con las palabras a tu antojo amigo, porque me has atrapado para saber en qué continuaría hasta el final.
ResponderEliminarAgregaría más cosas, pero ya está casi todo dicho en los demás comentarios. Me ha gustado mucho.
Abrazote!
Me pude imaginar lo que describes a la perfección. Me encantó que «En la revista Timo le han nombrado tocino del año.» Suerte en el Tintero 🐾
ResponderEliminarUn escenario que lamentablemente no pasa de moda, con personajes tan patéticamente reales como inmorales. Una historia que retrata la basura ambiental (corrupción y prostitución, abusos de poder, riqueza desmedida y mal concebida, pobreza indigna e inmerecida...) que lleva siglos contaminando al planeta y a la población mundial, y nadie se esfuerza por quemarla, o sacarla de circulación y erradicarla de golpe y porrazo.
ResponderEliminarBuen ensamblaje de la versión animal/humano y muy buena moraleja: "son cosas de cerdo", o sea, todos son iguales, no les importa la justicia, solo su propia satisfacción, no se pudo expresar mejor.
!Bravo José, me encantó!, además tiene afinidad con la obra en cuestión "Rebelión en la granja", por su trasfondo politico y su equivalente animal.
Buen desenlace de la semana.
Saludos José, un relato muy descriptivo de situaciones tan contemporáneas, cosas de cerdo. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMe gusta mucho el relato escrito en presente y con muy buen ritmo. Las venganzas siempre son un misterio, en está ocasión, porcino. Mucha suerte en en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola José
ResponderEliminarMe gusta tu relato. Los diálogos son muy ingeniosos y bien afinados para caracterizar a tus personajes. Un final impactante y trágico. La crítica social que encierra el relato es magnífica. !Te deseo mucha suerte en el tintero!
Saludo
De nuevo amigo Jose, con tu merecido galardón de plata. Me alegra mucho porque escribes de maravilla, ya lo sabes.
ResponderEliminarUn abrazo de los fuertes.
Muchas gracias, Isabel. No se si merecido, quizás algo de suerte. Creo que tú relato también era merecedor de un premio. Ya te lo he dicho más veces, es un placer tenerte de compañera. Un abrazo
EliminarGracias a ti Jose. Mi relato preferido he de confesar que fue "Rebelión al vino tinto", del que lamento que no haya estrado, porque me parece un trabajo con categoría de excelencia. Creo que el segundo o tercero fue el tuyo. Tus dos compañeros de podio fueron también relatos que voté.
EliminarPues a ver que pasa en Tara y como nos portamos ;)
Precisamente en el comentario que he hecho en la Gala he mencionado tu relato y el de Paola Panzieri como dos de mis relatos preferidos que no han tenido premio. Parece que tenemos gustos similares.Un abrazo
EliminarPues muchas gracias por la parte que me toca :))
EliminarFelicidades Jose por ese Tintero de Plata, con una historia excelente como nos tienes acostumbrados. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias,Jorge. Felicidades también por tu Tintero y por el gran relato, como siempre, con el que lo has conseguido. Un abrazo. Nos vemos en la próxima gala.
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